martes, 22 de enero de 2013

Miles de roscos de pan en una auténtica fiesta centenaria

Lubrinenses llegados desde distinto puntos de España, más vecinos y visitantes de otros unicipios, abarrotaron las calles de Lubrín La fiesta se vivió durante todo el día

La ciclogénesis explosiva ayer sobre Lubrín era de pan, de roscos de pan, de miles de roscos de pan como manda la tradición en el festejo del día del Santo Patrón. Vientecillo fresco, sol y cohetes prendidos por Juan Fernández, de la barriada lubrinense de El Marchal, "treinta y cuatro años ya tirando cohetes, tantos que ni recuerdo el número de cohetes que habré encendido. Este año, aquí, en Lubrín, han comprado 20 docenas de cohetes y el próximo sábado día 26 tiro 37 docenas en la fiesta de San Sebastián de El Marchal". A medida que los cohetes aumentan la frecuencia del sonido, la gente se congrega en las proximidades de la iglesia. Comienza la misa, las calles son invadidas por la multitud. Se nota que la fiesta cae en domingo porque la afluencia de personas es mayor que en otros años. Desde algunos balcones se lanzan los primeros roscos debido a la impaciencia de las peñas que han abandonado la plaza con la idea de tomar posiciones ante San Sebastián. Así, Rosa Martínez, Marta Gonzálvez, Andrea Capel, Mirian Catalán, María Ángeles García, que lucen sudaderas con idéntica leyenda: 'Todos formamos parte del mismo equipo', se han unido al resto del grupo ante la escalinata de la iglesia. 

La 'Charanga Los Juaraguinos' de Sorbas amenizan la espera del comienzo de la procesión con la música bullanguera que invita a la alegría de la fiesta. El nombre de la Charanga es un trabalenguas tal y como cuentan sus componentes "allí en nuestro pueblo hay una balsa que la llaman Juaraguí". Se agradece la explicación y, venga, a seguir la fiesta. Fiesta seguida por todos los vecinos de Lubrín, los lubrinenses que acuden desde otros lugares "porque esta festividad no la perdemos por nada del mundo. Todos los que hemos nacido en Lubrín llevamos a nuestro Patrón San Sebastián en el corazón". Así lo explica Isabel Fernández Fernández , propietaria de la vivienda con cuatro balcones a la calle, uno de los cuales compartimos con el resto de la familia. 

Las 'peleíllas' se suceden entre los jóvenes que, agrupados en corros, intentan hacerse hueco en la calle con el objeto de coger el mayor número de roscos. De hecho, algunos muestran la cuerda bien repleta. La procesión continúa por las calles de Lubrín mientras en la Plaza se preparan las mesas donde se cumplirá otra tradición: abrir los roscos por la mitad, poner anchoas o atún, y componer de esta manera un suculento bocadillo. Como quedó dicho, la lluvia se ausentó en respeto a San Sebastián
fuentes http://www.elalmeria.es

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